La abogada Luz Mery Alvis ha liderado la defensa jurídica de Luis Fernando en todos los ámbitos en los que ha sido denunciado por Adriana Vargas Uribe, confirmando bajo juramento más de 30 denuncias interpuestas por la misma mujer hacia Luis Fernando, ella es Adriana Vargas Uribe. También establece que fue testigo en como de diferentes formas, Adriana manipulaba a su hija a su acomodo, informando más aún la alienación parental ejercida por la madre sobre la menor. Adicionalmente afirma múltiples irregularidades en el proceso.
Entre sus principales argumentos están:
Adriana inicia su declaración en el proceso penal asegurando que es administradora de empresas, lo cual hasta el día de hoy no ha podido demostrar.
(Prueba N° 36)
															(Prueba N° 36.1)
															Desvirtuación de la versión de la psicóloga presentada por Adriana Vargas Uribe
Adriana Vargas presentó como parte de su respaldo profesional el testimonio de una psicóloga, que supuestamente avalaba la existencia de violencia intrafamiliar por parte de Luis Fernando Reyes Meza. Sin embargo, el valor de esa declaración fue seriamente cuestionado y desvirtuado en varios aspectos clave:
La psicóloga presentada por Adriana solo atendió a una de las partes del conflicto: exclusivamente a Adriana.
Nunca entrevistó ni evaluó a Luis Fernando, ni contó con los testimonios de testigos externos, lo que limita la objetividad de su análisis y vulnera el principio de bilateralidad e imparcialidad clínica.
Por tanto, sus conclusiones estuvieron basadas en una versión unilateral de los hechos, lo cual contradice los estándares de evaluación en casos de posible violencia intrafamiliar.
Las conclusiones de esta psicóloga contrastan abiertamente con las de otros profesionales neutrales e independientes, como el Dr. Mauricio Escobar Sánchez (psiquiatra infantil), quien sí evaluó a toda la familia y determinó que no existían indicios clínicos de maltrato ni en la madre ni en los niños.
De hecho, Escobar señaló que el discurso de la menor parecía inducido por un adulto, dado que no mostraba conexión emocional ni consistencia narrativa con los hechos denunciados.
El documento indica que el informe de la psicóloga no profundizaba en instrumentos clínicos válidos o pruebas psicológicas estandarizadas que sustentaran sus afirmaciones.
En su lugar, se basaba mayoritariamente en el relato verbal de Adriana, los cuales fueron interpretados de forma subjetiva para justificar una narrativa predeterminada.
Tampoco se menciona el uso de escalas de evaluación de trauma, entrevistas estructuradas para violencia o pruebas proyectivas con control clínico.
Adriana utilizó las conclusiones de esta psicóloga como herramienta para reforzar su historia ante medios de comunicación y en redes sociales, presentándolas como si fueran una “prueba científica incuestionable”.
Sin embargo, al someterse a análisis judicial formal, el informe fue considerado débil y parcial, y no tuvo mayor peso probatorio frente a las evaluaciones clínicas formales y los testimonios de testigos directos.
Conclusión
La versión de la psicóloga presentada por Adriana fue desvirtuada principalmente porque:
Estas debilidades quedaron en evidencia ante el análisis judicial y en el contraste con las demás pruebas del proceso.
De hecho, a través de una de sus cuentas falsas, afirmó que ya se sabía la razón de su supuesta afectación mental… haciendo alusión a que todo era un montaje para fabricar un caso y destruir a Luis Fernando, como claramente ha sido su intención todo el tiempo. ( prueba n 37).
															La lucha por la verdad
Nicole Echeverry, quien ha estado junto a Luis Fernando por más de 6 años, ha sido testigo y víctima del acoso sistemático que ambos han sufrido. A pesar del miedo, hoy alza la voz para defender no solo al hombre que ama, sino a su familia, a sus hijos y a todas las mujeres y hombres que han sido víctimas de persecución por decir la verdad. Nicole ha sido clara: Luis Fernando es un esposo ejemplar, un padre entregado, un médico brillante, y un ser humano noble y decente. La vida que han construido juntos es su mayor testimonio.
Mientras la justicia avanza y las pruebas forenses y psicológicas siguen despejando dudas, ellos han decidido hablar. Porque el silencio ya no protege. Porque el miedo ya no paraliza. Porque sus hijos merecen crecer con la verdad, y porque los buenos también tienen derecho a defenderse.
Luis Fernando y Nicole han elegido el camino más difícil: el de resistir con dignidad. Y aunque aún no termina su calvario, su historia es una prueba de que incluso las mentiras más elaboradas caen frente a la verdad.
Una profesional con experiencia y formación sólida en psicología forense y criminología, evaluó con rigor el perfil psicológico del Dr. Luis Fernando Reyes Meza. Y sus conclusiones no pueden ser ignoradas.
La psicóloga forense, con gran trayectoria en el sistema judicial colombiano, evaluó directamente al Dr. Reyes Meza y concluyó con claridad que no presenta rasgos de impulsividad, violencia, agresividad ni riesgo psicosocial hacia menores o adultos. Su valoración fue objetiva, basada en entrevistas clínicas, pruebas proyectivas y herramientas psicométricas reconocidas en el ámbito forense. No hubo sesgos, solo evidencia técnica.
Por su parte, otro psicólogo forense, perito judicial y experto en criminología, desmontó punto por punto la versión presentada por la denunciante y la psicóloga aportada por ella. ¿La razón? Esa evaluación no cumplía con los mínimos exigidos por el protocolo forense: carecía de pruebas clínicas válidas, se basaba exclusivamente en el relato de la denunciante ( que cualquiera puede fácilmente inventar como ella lo ha hecho hasta hoy) y no exploró otras causas ni aplicó pruebas estructuradas. Era una “evaluación emocional”, no científica.
Ambos profesionales coinciden en algo fundamental: no hay un solo indicio clínico, médico ni psicológico que permita afirmar que Luis Fernando Reyes representa un peligro para su hija o haya incurrido en actos de violencia.