Adriána vargas Uribe
Actualmente, hay múltiples denuncias en curso contra Adriana Lizeth Vargas Uribe, incluyendo falsedad material en documento público y privado, falso testimonio, y usurpación de títulos académicos para acceder a cargos públicos. Según investigaciones de medios independientes, Adriana falsificó su hoja de vida y enfrenta consecuencias legales por ello. En retaliación, ella también denunció al periodista por acoso sexual, replicando su patrón: cuando alguien la expone, lo acusa de forma infundada.
Con el tiempo, surgieron más testimonios que confirman lo que durante años Luis Fernando soportó en silencio: no fue él quien ejercía violencia, sino quien la sufría. Incluso, han aparecido jóvenes que aseguran haber sido agredidos físicamente por Adriana Lizeth Vargas Uribe en contextos distintos al de su relación con Luis Fernando y otros que confirman que no solo falsifica títulos y firmas si no también incapacidades médicas. Esto ya no parece una coincidencia aislada, sino parte de un patrón de comportamiento reiterado. (Prueba N° 29)
(Prueba N° 29)
Luis Fernando, por temor y por proteger a su hija, decidió callar durante años. Pero los registros quedaron. Existen audios donde se escucha con claridad cómo Adriana lo insulta, lo denigra como hombre, le exige sumas exorbitantes de dinero, le pide apartamentos, propiedades y compensaciones materiales por continuar con una relación que ya era insostenible, incluso agrede con sus palabras a los papás de Luis Fernando (Prueba N° 30 y 31 audio y 32 foto)
afirmando adicionalmente que ella no tiene por qué responder por la niña cuando la mamá de Luis Fernando nunca lo hizo por el. También existen grabaciones en las que Adriana, con frialdad, afirma que no le importa su hija, y chats donde incluso ofrece “entregársela” a Luis Fernando, como si se tratara de un objeto de negociación. ¿Cómo puede alguien que se declara víctima de un supuesto maltratador estar dispuesta a dejarle su hija? (Prueba N° 33 y 34)
Esa sola contradicción, junto a muchas otras, desmonta el relato que ha intentado construir en los medios y ante la justicia. En una conversación, Adriana llega a afirmar que todo lo que ha hecho ha sido “por sugerencia de sus abogados”. ¿Eso justifica destruir la vida, la carrera y el buen nombre de una persona inocente? (Prueba N° 35)
Otra pregunta que deja al descubierto las inconsistencias es: si Luis Fernando era ese “monstruo” que ella describe hoy, ¿por qué entonces, un año antes de la separación definitiva, cuando él se había marchado de casa por primera vez, ella le rogaba que volviera? (Prueba N° 35.1)
¿Por qué enviaba videos donde lo describía como el mejor esposo, el mejor padre, el mejor cirujano y el mejor ser humano? Como este testimonio que aún está disponible públicamente:
Las propias palabras de Adriana son hoy su mayor contradicción. Porque ningún guion puede resistir el peso de la verdad cuando esta se ha documentado. Nadie puede sostener eternamente un personaje que no es real. Y en su caso, sus propias declaraciones, sus propios actos, sus mensajes y sus grabaciones son la prueba más contundente de que lo que ha intentado construir es una farsa.
Desde el comienzo, el matrimonio fue un calvario para Luis Fernando. La boda, organizada a toda prisa en la iglesia de Santo Toribio en Cartagena, se realizó bajo los caprichos de Adriana, quien buscaba emular bodas de celebridades, pues ahí se había casado Juan Pablo Montoya. (Prueba N°3, foto matrimonio )
(Prueba N° 3)
Durante la misma, Luis Fernando descubrió mensajes que Adriana enviaba a su pareja sentimental (el hombre iraní), donde le decía que lo amaba, que debería ser con él con quien estuviera casándose, que su cuerpo estaba en el matrimonio pero su corazón estaba con él y que ella siempre iba a estar ahí cuando él quisiera estar con ella. A pesar de ese golpe devastador, Luis Fernando decidió perdonarla, pensando siempre en darle a su futura hija un hogar unido. (Prueba N° 4 )
(Prueba N° 4)
Después del nacimiento de la niña, vivieron un breve tiempo en casa de los padres de ella. Adriana no aceptaba ninguna vivienda que no se ajustara a sus lujos, y constantemente exigía más: una casa tipo mansión, dos empleadas de planta, gastos excesivos, y cero compromisos con la crianza o el hogar. Aunque Luis Fernando se encargaba de su hija por completo y mantenía el hogar funcionando, ella rara vez se involucraba. Pronto llegaron los maltratos, las agresiones verbales, las escenas violentas y los insultos a su masculinidad, pues dentro de su arsenal siempre celaba a Luis Fernando de forma enfermiza con toda mujer con la que sostuviera contacto: sus colaboradoras, sus pacientes, las mamás de los compañeros del jardín de la niña, amigas cercanas y hasta con las mujeres que le cortaban el cabello y le hacían sus uñas. (Prueba N° 5 y 6 Audio)
En un episodio, incluso lo agredió físicamente, lo retuvo contra su voluntad, lo violentó psicológicamente con agresiones verbales y le pedía una suma desproporcionada de dinero, casas y apartamentos. (Prueba N° 7, 8, 9, 10 y 11 audio)
En una ocasión, mientras la niña dormía ella comenzó con sus agresiones, porque quería impedirle que llevará a la niña de vacaciones a Miami. le tiró un vaso lleno de agua en la cara al final ( prueba n 11 audio). En un momento ella grita tan fuerte que despierta a la niña y el solo le decía: por favor no despiertes a la niña, a lo cual ella respondió: esa niña no importa, ya nos la tiramos. (Prueba N° 12, audio).
Cabe aclarar que Luis Fernando acudió a ciertas instancias en su momento para recibir ayuda por el maltrato que recibía, sin embargo, por salvaguardar el bienestar de la niña y su madre, terminó retirando las denuncias interpuestas y la medida de protección que le habían dado para resguardarse de la furia de esa mujer. (Prueba N° 12.1)
(Prueba N° 12.1)
Uno de los momentos más dolorosos fue cuando Adriana le pidió a Luis Fernando que le financiara un viaje con “amigas” a Cancún. Él accedió, le dio dinero adicional e incluso le formuló un medicamento para retrasar su menstruación, como ella solicitó para “broncearse”. Estando en Cancún, ella desapareció. Él, preocupado, contactó al hotel donde, para su sorpresa, descubrió que estaba alojada en la habitación de su novio permanente, el mismo hombre Iraní. A su regreso, Adriana no mostró arrepentimiento, le trajo una botella de tequila como souvenir, aceptó su error y pidió disculpas, nuevamente él accedió a perdonarla, solo por la niña. (Prueba N° 13) Pero el patrón de abuso, manipulación y exigencias económicas nunca cesó.
(Prueba N° 13)
Durante este periodo, ella lo obligó a operarla en dos ocasiones: primero, una reducción mamaria, pues afirmaba que el dolor de espalda por las prótesis de 660 cc que tenía le estaba generándole mucho dolor de espalda. A pesar de los buenos resultados, Adriana comenzó a acusarlo de “mutilación”, afirmando que él la había dejado sin senos, algo completamente falso y desmentido por exámenes médicos y el testimonio de un segundo cirujano. Para desprestigiarlo profesionalmente, tergiversó los hechos y los llevó a los medios, saboteando su imagen como médico. Nunca estuvo mutilada. (Prueba N° 14)
(Prueba N° 14)
Es importante aclarar que la obsesión de Adriana por las cirugías plásticas no tiene absolutamente nada que ver con Luis Fernando. Esa fijación comenzó mucho antes de conocerlo y ha persistido hasta el día de hoy. Se ha sometido a decenas de procedimientos estéticos en rostro y cuerpo, al punto que quienes la conocieron antes afirman que es irreconocible. Su transformación no obedece a necesidades médicas, sino a una compulsión estética profundamente arraigada, que ella misma ha alimentado por años. Pretender ahora vincular a Luis Fernando con las consecuencias de sus propias decisiones quirúrgicas es no solo injusto, sino una tergiversación deliberada de la verdad.
Luis Fernando Reyes Meza y Adriana Vargas Uribe estuvieron casados por la Iglesia Católica. Tras su divorcio civil, fue la misma Adriana quien solicitó la nulidad del matrimonio eclesiástico, un proceso que tramitó ante el Tribunal Eclesiástico de Bucaramanga.
Sin embargo, cuando se enteró de que Luis Fernando tenía planes de volver a casarse por la Iglesia, inició una cadena de acciones para obstaculizar esa unión, retrasando deliberadamente el fallo del tribunal mediante maniobras y apelaciones infundadas. Todo esto, con el aparente objetivo de impedirle rehacer su vida sentimental y espiritual.
A pesar de sus intentos, el Tribunal de Apelación Eclesiástico en Bogotá —el único competente en segunda instancia en Colombia— decretó la nulidad del matrimonio canónico, no solo por las causales legales establecidas, sino también por las inconsistencias evidentes en el proceso que Adriana había manipulado en primera instancia. (Prueba N° 28)
(Prueba N° 28)
Ante esta decisión definitiva y desfavorable para ella, Adriana apeló incluso ante la Santa Sede en Roma, llevando el caso hasta el Tribunal de la Rota Romana. Lo paradójico es que ella misma había iniciado el proceso de nulidad, pero posteriormente lo bloqueó cuando descubrió que Luis Fernando deseaba casarse nuevamente.
Este cambio de postura deja al descubierto una contradicción evidente: si realmente hubiese vivido un matrimonio marcado por el abuso, el sufrimiento y el maltrato —como ha declarado públicamente—, ¿por qué intentaría por todos los medios conservar el vínculo con su supuesto agresor?
Insistir en conservar su estatus de esposa, tras haber denunciado años de maltrato, carece de toda lógica emocional, espiritual y legal. Más aún cuando ella misma fue quien solicitó, en primer lugar, la anulación del vínculo. (Prueba N° 28.1)
Este episodio, más allá del plano religioso, refleja un patrón constante de contradicciones y manipulación procesal, en donde cada decisión parece guiada no por la verdad ni por la búsqueda de justicia, sino por el deseo de perjudicar a quien decidió continuar con su vida lejos de ella.
🔴 El video NUNCA fue prueba documental en el juicio.
🔴 La Fiscalía decidió no usarlo.
🔴 Un perito lo analizó y concluyó que NO HAY GOLPES, ni agresión física.
🔴 Solo se ve a un hombre que toma un objeto y se va.
¿Entonces por qué lo sacan editado, acelerado, sin sonido y fuera de contexto?
Porque si lo presentaban completo, se caía la mentira.
💥 Así se manipula una historia para destruir a alguien inocente.
📌 Luis Fernando Reyes fue juzgado por un video que jamás fue prueba. Y hoy, los mismos que no lo usaron en juicio, lo filtran a medios.
Luis Fernando intentó separarse en varias ocasiones, pero ella lo amenazaba emocionalmente, usaba a su hija como escudo, y exigía propiedades, dinero y “compensaciones” para permitirle divorciarse. (Prueba N° 15 y 16 Audio)
Incluso, le impedía ver a la niña y a Luis Fernando le tocaba ir a la estación de comisaría de familia, inundado en lágrimas, para que los policías lo escoltaran y le ayudaran a ejercer su labor de padre. (Prueba N° 17, 18, 19, 20 y 21 Audio )
Cómo claramente quedó expuesto en la declaración del comisario en el juicio oral. (Prueba N° 22 y 23 Declaración ) después de esto, Luis Fernando luchó durante años por mantener una relación con su pequeña hija, sin embargo, Adriana de cualquier forma intentaba impedirle su presencia en la vida de la niña, Luis Fernando intento verla en sus consultas de odontología, en el colegio de la niña, pero Adriana al enterarse hasta eso destruyó, envió un comunicado al colegio para exigir que le impidieran a Luis Fernando la entrada a ver a su hija.
(Prueba N° 22)
(Prueba N° 23)
(Prueba N° 23.1, 23.12 y 23.13 )
(Prueba N° 23.1, 23.12 y 23.13 ), eliminando por completo la relación entre ellos, incluso en algún momento, mencionó a través de uno de sus abogados que si no recibía los miles de millones que exigía, llegaría hasta el extremo de denunciarlo por abuso sexual en contra de la niña. Esos son los extremos y alcances de una mujer como Adriana vargas Uribe. La lucha de este pobre hombre duró años, donde hasta le rogaba que le dejara ver a la niña, pero ella, con su odio y resentimiento visibles y evidentes, siempre se negaba a permitirlo, amenazandolo con demandas de alimentos, reportes en data crédito, exigir a migración Colombia la no salida del pais y oficios a la Dian. Amenazas que cumplió a cabalidad ( prueba n 23.2, 23.3, 23.4 y 23.5 y 23.6).
(Prueba N° 23.1, 23.12 y 23.13 )
Aún así Luis Fernando jamás ha dejado de cumplir con sus responsabilidades como padre. Mes a mes aporta cerca de 8 millones de pesos para el bienestar de su hija, y en los meses de junio y diciembre, duplica esa suma, llegando a pagar cerca de 16 millones de pesos, tal como lo establece el acuerdo de manutención. Su compromiso ha sido constante, responsable y documentado, a pesar de los múltiples obstáculos y señalamientos infundados que ha tenido que enfrentar.
Luis Fernando toma la decisión de irse definitivamente del hogar cuando descubre una nueva infidelidad por parte de Adriana. Esta vez, la relación era con el gerente de una reconocida avícola de Bucaramanga —nombre que muchos ya conocen—. Según el testimonio de la exempleada doméstica que convivió con la pareja durante años, Adriana le pedía que retirara la fruta que Luis Fernando compraba para llevarla al apartamento de su amante; también le solicitaba que algunos días no trabajara en su propia casa, sino que hiciera el aseo en la vivienda del hombre con quien sostenía la relación. En una ocasión, incluso, le pidió que adornara una cama con bombas, pétalos y un regalo de cumpleaños para él, todo esto mientras aún estaba casada con Luis Fernando. Fue precisamente al descubrir esta nueva traición que él decidió, con profundo dolor pero con firmeza, abandonar definitivamente la relación.
Cuando él intento marcharse con sus pertenencias, Adriana lo agredió, le quitó su celular profesional, y tras negarse a devolvérselo, él lo recuperó. Esta escena fue grabada por cámaras que ella misma había exigido instalar en casa porque se le perdía la ropa con frecuencia, a lo cual Luis Fernando accedió sin problema, esto lo confirma la señora que les ayudaba con oficios varios en la casa y que convivió con ellos por más de 2 años ( prueba n 24) —y luego este video fue editado por ella para presentarlo como “evidencia” de agresión ante los medios de comunicación. Es importante destacar que, según registros judiciales, ese video jamás fue incluido oficialmente como prueba reina en el proceso penal, pues claramente al demostrarse que es un video editado, dicha prueba lejos de ser la reina, desmentiría por completo su versión.
Durante años, Adriana interpuso más de 30 procesos legales en su contra, algunos con acusaciones tan graves como violencia intrafamiliar o abuso económico, durante el proceso penal, se desmintió la versión de ella donde asegura que Luis Fernando no la dejaba trabajar, mostrando evidencia y testigos que afirman que trabajaba en un hotel y en la cámara de comercio ( prueba n 25.1, 25.2 y 25.3 y 25.4).
(Prueba N° 25.1, 25.2 y 25.3 y 25.4)
En varias ocasiones, exigió sumas que superaban los dos mil millones de pesos, y llegó a pedirle firmar letras en blanco bajo amenaza de continuar con las denuncias si no accedía a sus peticiones económicas. Como lo han señalado varios juristas, esos documentos fueron considerados leoninos e inviables legalmente. ( prueba n 26 )